Quique desea que el domingo juguemos bien.

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Antonio Gómez

Quique: "Ojalá el domingo podamos brindar un buen partido"

Quique Sánchez Flores se despide del Sevilla en una emotiva rueda de prensa

Quique Sánchez Flores ofreció una extensa conferencia de prensa, de más de media hora, en su despedida ante los medios en la ciudad deportiva, antes de hacerlo el domingo en el Sánchez-Pizjuán. En unas circunstancias en las que, lo deportivo, pierde mucho peso: «Es un partido emocional porque es el último de un periodo corto, lleno de agotamiento, de focalización, de desgaste, de responsabilidad… La sensación mañana va a ser por un lado de deber cumplido y por otro de vacío a la hora de acabar una etapa corta pero muy intensa. Va a haber satisfacción final porque los sevillistas tendrán a su equipo con la posibilidad de un proyecto desde cero en la categoría que merecen».

Declaraciones sobre nombres propios y la reacción de la afición

En cuanto a nombres propios, confirmó la vuelta de Gudelj y las bajas de Navas y Acuña en la lista de mañana: «Gudelj nos ha pedido estar en la convocatoria y si es posible, jugar. Es una lástima que él, Óliver, Sow, Isaac los hayamos perdido. Navas y Acuña no estarán. Tuvieron algún problemita, están recuperados pero no queremos forzar por la posibilidad de que se pierdan la Copa de América y la Eurocopa, si tienen que ir». Además, dejó claro que entenderá la reacción del aficionado: «Viene siendo un tiempo difícil y angustioso para ellos. Si quieren un ambiente de fiesta, fantástico. Si entienden que hay que vivir un ambiente de reflexión o de protesta, lo entendemos. Bienvenido sea lo que quieran hacer. Lo respetaremos».

Agradecimiento a los sevillistas y reflexión sobre su paso por el club

Además, agradeció a los sevillistas el trato diario: «Me gustaría lógicamente tener la sensación que he tenido todo este tiempo. Me llevo el cariño diario. Ha habido respeto mutuo, nos hemos centrado en la tarea tan complicada y somos todos conscientes del episodio que hemos pasado juntos. Mi sensación es de haberlo pasado con el favor de la afición. Me voy muy feliz de esta etapa en Sevilla. Espero que me recuerden como una persona trabajadora, buena gente y que se ha dejado la piel por esta etapa. He salido de una zona de confort para arrinconarme en una habitación de hotel durante cinco meses. Llevamos varias semanas con la angustia aparcada y valoro mucho este trabajo. Me da pena no haber pasado por aquí en otro momento distinto, pero la historia continúa».

Reflexiones finales sobre la temporada y el futuro

Evitó dar consejos a su sucesor en el banquillo: «Yo no siento la responsabilidad de tener que decir qué necesita el club. Cada año es diferente, cada tiempo le corresponde a cada uno y hay que saber las cartas en cada jugada. El próximo entrenador tendrá unas cartas y una situación diferente del club. Hay que saber jugar siempre las cartas». Eso sí, dejó claro que le gustaría que siguiera Sergio Ramos: «Ojalá se quedara. El futuro del Sevilla pertenece a los que sienten la camiseta. Se materializa mucho en Navas, en Sergio, en Isaac, Kike Salas, Juanlu, Manu Bueno… Los que saben los que significa el escudo».

Reconociendo que la competitividad bajó con la permanencia en el bolsillo, espera que el domingo sea diferente: «Los grupos ahora, cuando consiguen los objetivos, sean los marcados o no al principio, tienden a la relajación más que a la competición. Sin que sirva de excusa, hemos perdido a cinco soldados muy importantes para esta parte final. Con esos jugadores pasan cosas que no pasan cuando no están. Cuando la columna vertebral se mueve hemos sentido esa fragilidad. Cuando hemos perdido la energía de Isaac hemos defendido mucho más atrás. Eso, multiplicado por cinco, hace que se abran demasiados flancos. La ambición de los entrenadores no siempre se siente correspondida. Ojalá salgan con la quinta marcha y puedan brindar un buen partido a la afición, que se lo merece».

Además, reconoció que ha sido una labor muy complicada: «Quedará en la historia como una de las peores temporada del Sevilla, pero ha sido el reto más difícil. He sentido que tenía que tirar de un carro muy pesado y esa tarea de convencimiento y seducción al jugador, animando, convenciendo… Es una tarea muy dura. Lo ideal es salir y que los jugadores se quieran comer la hierba, pero los desgastes son acumulativos y yo soy el último entrenador de todo este proceso. Era una carga muy pesada y han sido necesarias muchas pequeñas estrategias para sacarlo adelante».